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viernes, 1 de abril de 2016

En NOTICIAS DE NAVARRA

EL ARCHIVO DE NAVARRA EXHIBE EL TEXTO MÁS EXTENSO ESCRITO EN EUSKERA DURANTE LA EDAD MEDIA


Se trata de una carta firmada en 1416, por Machín de Zalba, oficial real de Carlos III el Noble, que se puede contemplar gratuitamente durante el mes de abril.

Imagen de las misivas que se intercambiaron Martín de San Martín y Machín de Zalba.
Imagen de las misivas que se intercambiaron Martín
de San Martín y Machín de Zalba. (CEDIDA)

NAVARRA. Cuatro líneas que finalizan con esta despedida: “Et alegraçaytec ongui. Çure guçia” (y alegraos bien. Todo vuestro) convierten la carta escrita en 1416 por Machín de Zalba, un oficial real de Carlos III el Noble, en un documento de gran valor, por tratarse del texto de mayor extensión escrito en euskera en época medieval del que se tiene constancia hasta la fecha.
La brevedad de su extensión no resta un ápice de importancia y singularidad al documento, que refleja cómo parte de la población navarra se expresaba oralmente en euskera, aunque no será hasta más de un siglo después cuando esta lengua llegue a la documentación y a la expresión literaria.
La carta fue descubierta y dada a conocer en 1969 por Florencio Idoate, por entonces director del Archivo de Navarra, quien la halló intercalada en uno de los registros de cuentas de la Cámara de Comptos. Desde ese momento, el texto estuvo expuesto durante años de manera permanente en la cámara acorazada de la antigua sede de la institución, y en 2014 volvió a mostrarse en la exposición conmemorativa que celebró el Archivo Real y General de Navarra con motivo del décimo aniversario de su reapertura. Con motivo del 600 aniversario de su redacción, el Archivo Real y General de Navarra dedica a “La carta en euskera de Machín de Zalba (1416)” su microexposición de abril.
La muestra, de acceso libre y gratuito, permanecerá abierta durante todo el mes, en la galería baja del Archivo. Los horarios de visita son de lunes a viernes de 8:30 h. a 14:30 h. y de 17:00 h. a 19:00 h. y los fines de semana y festivos de 11:00 h. a 14:00 h.
Las cartas entre Martín de San Martín y Machín de Zalba
El documento expuesto desde hoy contiene en realidad dos breves cartas, escritas ambas en el mismo soporte, que se cruzaron dos personajes llamados Martín de San Martín y Machín de Zalba. A pesar de que las cartas no están fechadas, gracias a la rica documentación del fondo documental de la Cámara de Comptos, se puede confirmar que ambos eran oficiales reales de la alta administración al servicio del rey Carlos III el Noble, y que es muy posible que las cartas fueran redactadas en 1416. La primera carta está redactada en romance navarro, lengua usual en la administración real navarra de la época, pero también contiene un saludo de despedida en euskera: jaunatiçula egun hon (que Dios te dé buen día). En esta carta, Martín de San Martín solicitaba a Machín de Zalba que le señalase por escrito a cuánto ascendía una rebaja fiscal que los habitantes de San Juan de Pie de Puerto habían obtenido del rey.
Curiosamente, aprovechaba el final de la carta para introducir un tema privado y le pedía a Machín de Zalba confirmación sobre su asistencia a una cena a la que ambos, al parecer, estaban invitados. En su respuesta, Machín de Zalba, que por entonces ostentaba el cargo de recibidor de las finanzas de los cofres del rey, le contestaba en romance navarro al asunto de la cena comunicándole que no podría asistir porque tenía huéspedes en casa a los que atender; y acto seguido pasaba a utilizar el euskera para dar cumplida contestación a la consulta sobre la rebaja fiscal de los vecinos de San Juan de Pie de Puerto.
La singularidad del documento
Como es bien sabido, durante toda su historia, la administración navarra se expresó primero en latín y en romance navarro, y más tarde en castellano. Los miles de testimonios documentales que se conservan en el Archivo de Navarra –más de 25 kilómetros lineales- así lo atestiguan. Sin embargo, esta realidad escrita no debe ocultar otra, la de la tradición oral, que revela cómo parte de la población se expresaba únicamente en euskera, lengua que no llegó ni a la documentación ni a la expresión literaria hasta mucho tiempo más tarde.
Existen otras peculiaridades que hacen excepcional a este texto, como el hecho de constituir una pequeña muestra de correspondencia de tipo privado, una tipología cuyos ejemplos conservados de época medieval tampoco son abundantes. También resulta curioso que ambas cartas figuren en el mismo soporte, una pequeña hoja de papel, y que precisamente su contenido administrativo fuera lo que terminó por garantizar su conservación a perpetuidad en el archivo de la Cámara de Comptos. No obstante, no se trata del único testimonio redactado en euskera de todos cuantos han pervivido en los archivos. Siendo como es el euskera una lengua que no gozó de tradición escrita generalizada hasta época posterior, los escasos ejemplos conservados de textos escritos en dicha lengua de época medieval suelen reducirse a unas pocas palabras.
Tal es el caso, por ejemplo, de otro de los documentos expuesto en la microexposición, como es la anotación “euskérica eric vere gogoan” que figura al dorso de uno de los folios de las cuentas del año 1294 que el baile de San Juan de Pie de Puerto presentó a la administración real. Un documento que, conservado también en el Archivo de Navarra, sirve para contextualizar y valorar en sus justos términos la importancia de que el párrafo en euskera de la carta de Machín de Zalba haya llegado a nuestros días.

Fuente : http://www.noticiasdenavarra.com/2016/04/01/ocio-y-cultura/cultura/el-archivo-de-navarra-exhibe-el-texto-mas-extenso-escrito-en-euskera-durante-la-edad-media-

martes, 29 de marzo de 2016

HISTORIAS DEL ABERRI EGUNA

En  DEIA / HISTORIAS DE LOS VASCOS


EL  VIAJE  CLANDESTINO  DE  UN LEHENDAKARI  A  GERNIKA 

Se cumplen cuarenta años de la audaz visita que realizó a Gernika el lehendakari Jesús María de Leizaola, tras pasar 37 años de exilio, para tomar parte en la celebración del Aberri Eguna de 1974
Un reportaje de Luis de Guezala


Volver, con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada 
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.

ES muy posible que a Jesús María de Leizaola le viniera a la cabeza la melodía y la letra de este tango, que cantara Carlos Gardel, mientras miraba por las ventanillas del coche que le llevaba a Bilbao. Conducido el vehículo por Primi Abad, tras haber cruzado clandestinamente la muga, Leizaola veía de nuevo el paisaje de Gipuzkoa y Bizkaia tras, no ya veinte años, sino, casi el doble, nada menos que 37.

Jesús María de Leizaola es un personaje histórico muy singular. Recordado como miembro del Gobierno vasco presidido por José Antonio Agirre y luego como sucesor suyo y segundo lehendakari durante dos décadas hasta el final del franquismo, su imagen como político y erudito es quizás la que más ha trascendido. Pero fue también, en mi opinión, aunque pueda parecer contradictorio, un hombre de acción.

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En 1922 su protesta ante una visita del rey de España, Alfonso XIII, con una pancarta en la que reivindicaba la creación de una Universidad Vasca, le supondría ser apresado y conducido por la Guardia Civil, ¡a pie y esposado! nada menos que desde Gernika hasta Amorebieta.
Quince años después, como recordara recientemente en esta misma sección Xabier Irujo, fue el último miembro del primer Gobierno vasco en abandonar Bilbao momentos antes de su ocupación por el ejército franquista. Consiguiendo, al arriesgar de esta manera su vida, que fueran respetadas las de los centenares de prisioneros fascistas y de derechas que fueron liberados, así como que Bilbao no fuera incendiada ni destruida. Como dijera de él George Steer: “Sería difícil exagerar el valor y la sangre fría de Leizaola aquella noche”.
Y, cuatro décadas después, volvía a protagonizar un acto insólito, de resistencia a la dictadura del general Franco, siendo ya casi octogenario. Arriesgándose de nuevo para poder rendir homenaje al Árbol de Gernika como lehendakari, burlando a su vieja enemiga, la Policía española. La idea parece ser que fue de Iñaki Durañona, transmitida a Martín Ugalde y Mikel Isasi, y este último se la comunicó a Fede Bergaretxe, responsable de la Resistencia vasca y miembro del Euzkadi Buru Batzar de EAJ/PNV. Cuando éste transmitió la idea al resto del EBB, al principio fue general la opinión de que era una ocurrencia descabellada, pero Fede Bergaretxe y Txomin Saratxaga fueron convenciendo al resto hasta lograr la aprobación por parte de Juan de Ajuriaguerra, con la condición de que se asegurara que no hubiera ningún riesgo en los pasos de la frontera.
Algunos años después, Imanol de Aberasturi recordaba y podía hacer pública, tras la muerte del dictador, en la revista Euzkadi, la sorpresa que a él y a otros abertzales convocados para aquel día en Gernika, les había supuesto ver aparecer allí al lehendakari Leizaola.
De Bera a Getxo Tres antiguos gudaris, Primi Abad, Deunoro Totorika e Hilario Zubizarreta habían acompañado el día anterior a Jesús María de Leizaola en su paso clandestino de la muga por Bera, tras un intento fallido por Behobia, y en su viaje hasta Bilbao. Allí Fede Bergaretxe aparcó en la puerta de la basílica de Begoña junto al coche en el que había venido Leizaola. El lehendakari pasó discretamente de un coche a otro sin que nadie se percatara de su identidad, siendo las nueve de la noche y coincidiendo con el final de la misa del sábado de Gloria.
De allí se dirigieron, por el puente de la Salve, hasta Deusto. Pasaron por donde se hallaba el antiguo astillero Euskaldunallamando la atención de Leizaola los numerosos barcos de gran tonelaje allí atracados. Al llegar a la altura de Altos Hornos, pidió parar el coche para contemplar toda la zona de la margen izquierda y el complejo industrial (“nuestra gran fuente de riqueza” -dijo-) que su actuación decidida al final de la guerra había conseguido salvar.
El vehículo llegó finalmente hasta la casa en Algorta de Sabin Zubiri, que le esperaba en el garaje con la puerta abierta para cerrarla en cuanto entrara en él. En la casa le esperaban, junto a la familia Zubiri, Juan de Ajuriaguerra y Luis Mari Retolaza, así como varios periodistas extranjeros, entre ellos el redactor de Le Monde Dominique Puchin, reunidos para que la noticia de su presencia tuviera, posteriormente, reflejo internacional.
Al día siguiente, domingo de Resurrección y Aberri Eguna, Leizaola se dirigió a Gernika, pasando por Larrabetzu y Amorebieta. Llegó a la villa veinte minutos antes de lo previsto, lo que le permitió visitar en Sukarrieta la tumba donde en su día habían reposado los restos de Sabino de Arana. Al volver a Gernika, a las doce del mediodía, la Casa de Juntas se encontraba cerrada, pero los miembros de la Resistencia lograron convencer al bedel de la misma para que la abriera, argumentando que venía una persona ausente muchos años que quería ver el Árbol.
Imanol de Aberasturi recordaba el gran impacto que le produjo ver allí al lehendakari. “Solo ante el Árbol, erguido, aquel anciano de 80 años, representaba para todos los asistentes la prueba fehaciente de que Euzkadi vivía, que nuestro Gobierno estaba en la lucha y que no cedería hasta ser reconocida su personalidad”.
Sin llamar la atención Para evitar llamar la atención se había extendido la consigna de que no se profiriera ningún grito. Un coche estaba preparado para, en caso de necesidad, emprender la huida, pero al final no hizo falta. Con solo diez minutos de retraso sobre el horario programado, Fede Bergaretxe volvió a arrancar su coche para llevar al lehendakari hasta el grupo que volvería a ayudarle a pasar la muga.
Al poco de salir de Gernika tuvieron lo que Bergaretxe definió como un “contratiempo”, pero que era en realidad el tiempo o la Historia que les salía al camino por el que iban. Al atravesar el cruce de Zugaztieta que lleva a Montecalvo y al Balcón de Bizkaia,el anciano lehendakari recordó su detención y conducción por la Guardia Civil por aquella misma carretera, a pie y esposado, cuando era joven. Pidió parar junto a una pequeña ermita y, para desesperación de su chófer, se dirigió a ella.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar.
Al final llegaron a Autzagane, donde Leizaola volvió a reunirse con el grupo de sus antiguos gudaris, con media hora de retraso. En esta ocasión volvieron a Iparralde por el paso fronterizo de Behobia. De allí fueron a Donibane Lohizune, al frontón Jai-Alaide esta localidad donde se había organizado una comida para celebrar el Aberri Eguna. Las primeras palabras al dirigirse a los que le esperaban causaron sorpresa y entusiasmo: “¡Vengo de Gernika!”. El plan había salido perfectamente. La Policía española se excusaría diciendo que Leizaola no había estado realmente en Gernika y que todo había sido un montaje. Desde la izquierda abertzale se argumentaría que el viaje se había realizado en connivencia con la Policía española. Aun así, Telesforo Monzón enviaría un mensaje de felicitación a su antiguo compañero de Gobierno.
El periodista francés, que le había acompañado en su regreso a Iparralde, le preguntó, al despedirse, lo que había sentido al regresar ante el Árbol de Gernika y Leizaola respondió: “Que había venido a Gernika para explicar a los jóvenes que hacía casi 37 años que se había constituido el primer Gobierno de Euzkadi, que este Gobierno creó el Ejército vasco, a base de las milicias populares, que creó la Universidad vasca, empezando por la de Medicina y oficializó la bandera vasca. Que el Gobierno había cumplido su misión y que ahora correspondía a los jóvenes el seguirla, mejorándola y perfeccionándola”. Cinco años después Leizaola regresaría a Hegoalde, pero ya no de forma clandestina. Recibido multitudinariamente en el campo de fútbol de San Mamés, regresó para pasar el testigo a otro nacionalista vasco mucho más joven, Carlos Garaikoetxea, que presidiría el primer Gobierno vasco elegido tras la dictadura franquista.


Fuente: http://blogs.deia.com/historiasdelosvascos/2014/04/22/el-viaje-clandestino-de-un-lehendakari-a-gernika/

domingo, 27 de marzo de 2016