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jueves, 1 de octubre de 2015

LOS VASCOS EN LA LITERATURA ARGENTINA

"LOS VASCOS" EN ALBERTO NOVIÓN


Alberto Novión, comparte el ser vasco por haber nacido en Baiona / Bayonne, en el territorio histórico de Lapurdi  y el haber desarrollado su obra en la Argentina, razón por la cual se lo considera una persona destacada de ella. 

Fue escritor de obras de teatro y zarzuelas, era vasco y nació en  Baiona / Bayonne,  territorio histórico de Lapurdi, en el año 1881. Luego,  junto con su familia se trasladó a Montevideo y finalmente se instaló en Buenos Aires.

El ambiente en que se formó y desarrolló como escritor nos remite necesariamente a un recuerdo: era primo del escritor y poeta Florencio Iriarte.

De su primera obra estrenada se desconoce el nombre aunque si es sabido que fue en 1904 y que en la actuación participó el reconocido autor Florencio Parravicini.  

Tiempo después estrenó en el Teatro Nacional, “Rosario”.  La siguiente fue “Jacinta”, que contó en su elenco con la interpretación de J. Podestá.

Su producción es  por demás extensa y variada y refleja de manera especial la vida de la gente humilde y  en el campo. Entre sus obras más reconocidas se encuentran “La Chusma” , “La Caravana”, “Don Giacumín” y “Don Chicho”.  Todas ellos corresponden a la etapa de transición entre el sainete y el grotesco criollo.

También son obras suyas, "Bendita seas", "En un burro tres baturros", "El vasco de Olavarría", "Misia Pancha la Brava", "El rincón de los caranchos", "Cuidado con los ladrones", "Cañuto Cañete conscripto del 7", "Don Chicho", "Yo ir a Mar del Plata", "La tapera", entre muchas otras. 

No llegó a ver el estreno de "El corazón en la mano", obra que llevó al escenario, en Paris, Luis Arata, en el año 1938.


Su obra “En un burro tres baturros” fue llevada al cine. A través de este enlace podremos verla, dividida en dos vídeos.





Para algunas de ellas escribió versos y tangos. Así nacieron “Pavadas”, “Tierra mía” y “El tango de la muerte”. Esto lo acercó a los cantantes de tango de la época.

Así mismo podremos escuchar “El Tango de la Muerte” en la voz de Carlos Gardel.



El 25 de noviembre de 1937 murió en Buenos Aires. 

Para finalizar compartiremos a continuación un texto muy interesante, extraído de “Inmigración y Literatura: los vascos” en los que su autora, la investigadora María González Rouco,  se refiere a Alberto Novión y su obra "El Vasco de Olavarria" :


“Alberto Novión,  (…) ha creado varios personajes inmigrantes; recordemos a los italianos en La cantina y Primeros fríos. Para lo comedia en tres actos presentada en el Politeama, se inclinó por un vasco, al que dota de muchas condiciones buenas y pocos defectos.

La anécdota es escueta y sabrosa: un hombre vive con su mujer y su hijo en Buenos Aires. Su hermana, a quien hace veinte años que no ve, le anuncia que irá a visitarlo. Viene del campo, de Olavarría, donde vive con su marido vasco y sus dos hijos. La visita de los parientes causa desagrado a la cuñada, quien espera lo peor de esta familia, a la que supone grosera y rústica. Más tarde, se dará cuenta de que estaba prejuzgando, y tendrá que aceptar que su hijo, estudiante de Abogacía con pretensiones de diplomático, se case con la prima del campo.

La cuñada del vasco pregunta a su marido cómo ha hecho este hombre para juntar tanto dinero. El marido le responde: "como tantos otros, la mayoría de nuestros vascos, trabajando honradamente. Este es de los buenos, de los grandes y fuertes, porque sabe romper la tierra, tirar el grano y mirar de frente al sol.".

Novión  alude también al empecinamiento del inmigrante, quien afirma: "cuando a un vasco se le pone algo en la cabeza, no hay familia, razones, ni el demonio a cuatro, que lo haga salir del camino que ha agarrao...". Quizás en esta fortaleza de carácter radique su posibilidad de prosperar en un país hospitalario. La mujer del vasco coincide con él en que es empecinado, pero se lo dice con un sentido reprobador: "los vascos, por más macanas que hagan tienen razón". Es risueña la imagen que aporta el hijo de ambos, quien asevera que cuando "el viejo hace una macana, aunque le peguen en el suelo no da su brazo a torcer". El vasco está orgulloso de ser quien es y, cuando lo desairan, dice que se lo han hecho a él, "al vasco de Olavarría, que tiene nada más que pegar una patada en el suelo y salen todos disparando como en Cagancha".

Pero el vasco, así como es tenaz y arrogante, es también un hombre sensible. Por boca de su hija sabemos cuánto echa de menos su tierra de origen: "papá -dice la joven-, a pesar de que ya está viejo y que ha formado en esta tierra su hogar, su hogar, su fortuna, su tranquilidad; viera Ud. cuántas veces lo he sorprendido cantando bajito los aires de su tierra natal, y cuántos suspiros, mensajeros de muchos besos, han ido desde sus labios hasta sus montañas, para morir en los muros de su casa, allá en la aldea de la falda"



Novión nos da la posibilidad de conocer la compleja relación que se dio entre nativos e inmigrantes y, en esta pieza en particular, entre citadinos y campesinos, pues en ella se advierten resonancias del "menosprecio de corte y alabanza de aldea" que tantas páginas motivó en la literatura de diversas épocas.”

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